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La Testosterona Propionato es un compuesto de testosterona inyectable en base de aceite, cuyo uso clínico se emplea para el tratamiento del hipogonadismo (terapias de sustitución), anemia y osteoporosis entre otros trastornos.
La particularidad principal que caracteriza a la Testosterona Propionato es que actúa mucho más rápido que otros ésteres de testosterona como el Cipionato o el Enantato, y por lo tanto requiere administrarse de forma mucho más frecuente.
Resulta ser una droga muy poderosa en la construcción de masa, proporcionando en un tiempo relativamente breve aumentos muy notorios de tamaño y fuerza.
El principal problema que existe con la Testosterona Propionato es que las inyecciones resultan bastante dolorosas para algunas personas, lo que unido a la mayor frecuencia que precisa el fármaco para ser administrado, hace que no sea uno de los esteroides favoritos por los usuarios, que suelen optar por otras testosteronas menos dolorosas y de mayor permanencia en el organismo.
Fuera de este inconveniente, la Testosterona Propionato puede constituir una excelente base para un ciclo de volumen, y en combinación con los fármacos adecuados, producir ganancias muy considerables. Es bastante frecuente su utilización junto a anabolizantes como Deca Durabolín o Winstrol para conseguir tamaño con unos niveles de calidad aceptables, ya que la Testosterona Propionato por sí sola, ofrece un aspecto general bastante hinchado y acuoso.
Las dosis de Testosterona Propionato más comunes para hombres se sitúan en la administración de 50 a 100mg de la droga cada 2 o 3 días, de manera que en el global semanal, ésta dosis oscile entre los 200 y los 400 mg. Sin embargo, es bastante normal ver a culturistas experimentados usar dosis mucho mayores.
Se aconseja su utilización por un periodo máximo de 4 a 6 semanas, si bien sus efectos no serán patentes hasta transcurridas al menos 3 semanas desde que se haya iniciado el tratamiento.
Las mujeres deberían abstenerse del uso de cualquier testosterona pero si deciden hacer uso de ella, una dosis de Testosterona propionato sería la mejor opción. De cualquier modo hay que recordar que utilizando ésta o cualquier otra testosterona, el riesgo de que sufran efectos virilizantes es bastante elevado.
Uno de los efectos secundarios de la Testosterona Propionato más comunes (y de todas las testosteronas en general) es la aparición de ginecomastia, por lo tanto, resulta imperativo el uso de un antiestrogénico sobre todo si se tiene cierta propensión a la aparición de este problema.
Los efectos secundarios androgénicos como el acné, la piel grasa, el aumento de la agresividad y el crecimiento de vello también son frecuentes y cabe esperar que alguno de ellos pueda hacer aparición.
Quienes tengan predisposición genética a la alopecia comprobarán que este compuesto agrava de forma notable la pérdida de cabello, por lo que su uso puede acelerar una calvicie incipiente.
Por último, y como ocurre con todas las testosteronas, se hace necesario usar HCG o Clomifeno para estimular la producción endógena, que puede verse alterada por la utilización de esta sustancia.